LA TENTACIÓN
Ratos felices eran para Rosalía éstos que pasaba con la marquesa que discutiendo la forma y manera de arreglar sus vestidos. Pero el gozo mayor de ella era acompañar a su amiga a las tiendas, aunque pasaba desconsuelos por no poder comprar las muchísimas cosas buenas que veía. El tiempo se les iba sin sentirlo. Milagros se hacía mostrar todo lo de la tienda; revolvía, comparando; pasaba de brusco antojo al frío desdén; regateaba, y concluía por adquirir….
Benito Pérez Galdós
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