Siempre
he deseado tener tiempo libre para mi
Mi
vida: siempre he deseado tener tiempo libre para mi, aunque es duro,
porque cuando llega ese momento es porque todos en casa se han ido, y
empieza una nueva vida, la verdad aprovecho el tiempo en hacer lo que
me gusta, ver a mis nietos, a mis hijos, reunirme con ellos estar
pendiente de sus cosas, si me necesitan, Otra cosa que no puedo pasar
es sin recibir la Eucaristía todos los días, pues es lo que le da
sentido a mi vida. Vivir en Motril es una delicia, además de ser una
ciudad còmoda, tiene un clima extraordinario, gusta salir a pasear a
cualquier hora del día., además tenemos playas donde poder
disfrutar del sol y de la brisa marina, las puestas de sol son un
regalo de la naturaleza, no hay un espectáculo más hermoso. La
verdad, que los que vivimos en Motril tenemos mucha suerte, y hay que
darle gracias a Dios todos los días. Siempre nos estamos quejando de
lo mal que está todo, pero las cosas no se ponen malas por sí
solas, somos nosotros los que las estropeamos.
Hay
en Motril lugares preciosos, que debemos cuidar con esmero, como por
ejemplo, El Parque de los Pueblos de América,¡Es una gozada pasear
por él! pero a veces se nota un poco de abandono, creo que la
autoridad debía de poner medios para que se conserve impecable: pues
es uno de los sitios que merece la pena visitar, junto con el
Santuario de Nuestra Señora Virgen de la Cabeza. Es gratificante
visitar este lugar, te invita a la oración y a la meditación,
Además de contemplar las vistas tan maravillosas que desde ahí
podemos disfrutar.
En
el mes de Mayo formamos un grupo y organizamos una romería para
rezar a la Virgen el Santo Rosario; después nos quedamos para
celebrar la Eucaristía. A mi particularmente me encanta, los
veranos, para mi son especiales , resulta gratificante poder bajar a
la playa y bañarme. Recuerdo mi niñez y juventud y lo hago con
nostalgia, fueron años difíciles pues carecíamos de bastantes
cosas, incluso de pan pues lo comprábamos con la cartilla de
racionamiento, no podíamos comprar todo lo que queríamos. Pero no
importaba, aún así éramos felices dentro de nuestras carencias,
nos conformábamos con lo que había dentro de nuestra escasez
Yo
tuve la suerte de educarme en una familia con valores, que lo más
importante no era tener cosas sino disfrutar de lo que se tenía,
recuerdo que cuando llegaba el verano mi madre me compraba unos
zapatos blancos preciosos, y como ella sabía que para el verano
siguiente se quedaban pequeños en el invierno me los pintaba en
negros, y yo tan feliz.
Las
vivencias en la familia son muy importantes, según la educación que
recibimos, nos comportamos en un futuro. Mi madre era una persona
especial, en su forma de vida, era amable educada, y lo más
importante para mi sacrificada y muy cristiana: nunca la oí quejarse
por nada todo le parecía que estaba bien.
Recuerdo
los veranos, si algo había en la vida que me ilusionara al máximo
la llegada del verano, no había cosa que me gustara tanto como ir
a la playa, de hecho como yo no tenía hermanas casi siempre estaba
con mis primas, como ellas veraneaban todos los años, mis tíos me
llevaban con ellos ,
Y
eso se lo agradeceré toda mi vida. Después tuve la suerte de
casarme con una persona que le encantaba vivir junto al mar de hecho
nos hicimos un piso en Torrenueva y como mis hijos eran pequeños nos
quedamos a vivir tres años, fue un tiempo inolvidable.
Recuerdo
las tardes en la playa, las puestas de sol son una maravilla,
solíamos quedarnos hasta casi de noche, los críos jugaban hasta
bien tarde, después caían rendidos en la cama, contemplar la
naturaleza es donde verdaderamente notamos la huella de Dios , es
gratificante poder sentarse en la orilla del mar y disfrutar de la
brisa y del sonido de las olas, es un placer inigualable
Los
que vivimos en la costa, somos unos privilegiados, disfrutamos del
mar y también de la sierra. ya que estamos a poca distancia, para
trasladarnos de un sitio a otro y desde que tenemos autovía todo es
más fácil no hay pereza para viajar.
Con
los años va cambiando todo, las ganas que tenía antes de viajar,
ahora lo pienso bastante sólo me conformo con poder manejarme bien
sin necesitar ayuda ajena y no entorpecer a mis hijos, me distraigo
bastante leyendo y reunirme con mis amigas. Bueno, hablando de la
amistad: es un lujo tener verdaderos amigos, que cuando los necesitas
están dispuestos a ayudar en lo que pueden, conservar amigos es lo
mejor del mundo. Tengo amigas desde que estaba en el colegio y sigo
con la misma amistad de entonces. Es una suerte, tenemos costumbre de
vernos un día a la semana, recordamos nuestras vivencias y la verdad
que es gratificante poder comunicarse con personas que más o menos
tenemos casi la misma forma de ver las cosas de la vida, porque si
hay algo que aborrezco son las discusiones, ahora casi todo se
discute, hay familias enteras que se distancian por cualquier
situación.
Es
una pena, pues todos tenemos formas de opinar pero eso no
necesariamente hay distanciarse de la familia y de los amigos, no
merece la pena, hay que tener empatía y comprender, que no somos
iguales que cada persona tiene personalidad diferente y hay que
respetar las opinión de los demás aunque no nos guste.
Si,
hay una cosa que agradezco en esta vida y doy gracias a Dios todos
los días es todo lo que me ha dado: mi familia, he tenido un marido
especial, y unos hijos extraordinarios, cada día que amanece los
pongo en manos de Dios y de la Virgen, para que los libre de todo
mal. Rezo por ellos: es lo más que puedo hacer.
Parece
que todo lo que expongo en este relato es todo perfecto, pero la
verdad es que de todo ha habido a lo largo de una vida .,momentos
buenos, y días con contradicciones, pero, en fin todo se ha podido
sobrellevar, y siempre como he comentado antes, con paciencia y mucho
amor.
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